Muy cerca de la frontera con los Estados Unidos, en el estado de Sonora se encuentra la ciudad de Caborca. Se trata de un sitio peculiar por su naturaleza y por sus condiciones históricas. Caborca domina la entrada al imponente Desierto de Altar y es el paso terrestre obligado que conecta la pensínsula de Baja California con el resto de la República Mexicana.
La
historia de Caborca es la historia de un pueblo labrada en un mar de arena.
Sorprende ver como en las arenas del desierto y gracias a la agricultura de
riego hoy florecen campos de uva y espárragos de magnífica calidad. En el
pasado la ciudad de Caborca conoció la bonanza gracias al cultivo del algodón.
Hoy en día dentro de la actividad económica se destacan, además de su
tradicional actividad agropecuaria, la producción minera.
Los
territorios que comprende el actual municipio de Caborca son la tierra ancestral
de la Nación Tohono Ood’ham, mejor conocidos como pápagos. Fue fundada por el
misionero Eusebio Francisco Kino en 1692 en el antiguo asentamiento que hoy se
conoce como Pueblo Viejo. La moderna ciudad de Caborca cambió su emplazamiento
en 1872 tras una inundación, sin embargo con el crecimiento de la ciudad hoy
son prácticamente contiguas. El emblema de la ciudad es la iglesia de la
Purísima Concepción de Nuestra Señora de Caborca, una de las misiones más
hermosas de México, y que fue fundada por el padre Kino.
Un hecho trascendente en la historia de Sonora fue la invasión de un cuerpo de filibusteros estadounidenses al mando de Henry A. Crabb, los cuales pretendían arrebatar el Estado de Sonora a México y declararlo un estado independiente. Se trata de una de las invasiones menos conocidas del suelo nacional. El día 6 de abril de 1857, Caborca se cubrió de gloria cuando la población refugiada en el Templo de la Asunción, logró con la ayuda de las comunidades vecinas resistir el ataque de los filibusteros. Desde lo alto del templo el pápago Francisco Javier lanzo una flecha prendida con fuego la cual impactó directamente en los depósitos de pólvora de las tropas mercenarias, ocasionándoles grandes bajas y por último, el abandono de su misión conquistadora. Hoy en día todavía pueden apreciarse en los muros de su iglesia los orificios de las balas durante el ataque de los filibusteros para conquistar la ciudad. Esta hazaña le valió su reconocimiento como “Ciudad Heroica”, dignidad que ostenta desde el 17 de abril de 1948. Todos los años se celebran por todo lo alto en el mes de Abril las fiestas de Caborca, para conmemorar el hecho heroico.
Es importante
mencionar que muy cerca de la ciudad de Caborca, a tan sólo 5 kilómetros se
encuentra la zona arqueológica de La Proveedora, que es el sitio de petroglifos
más grande del país. También destaca por
sus atractivos ecoturísticos, tales como los paseos en bicicleta y el
senderismo por territorios de insólita belleza, además cuenta con playas muy
atractivas como Puerto Lobos y Santo Tomás, y está ubicada muy cerca del destino turístico de Puerto Peñasco. Sin
duda, Caborca es un destino lleno de historia que bien vale la pena conocer.
Mención aparte merece la calidad de sus cortes de carne, en Caborca me he
comido la mejor milanesa que he probado.
Ruta de las misiones con Turismo Taruk
M.C. Alejandro Espinosa
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